EL HOMBRE QUE ENTREVISTÓ A VENEZUELA: AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ
Por José Roversi
Agustín Blanco Muñoz es, en mi opinión, el mejor entrevistador que ha producido Venezuela. No sólo porque es sumamente competente, sino porque enfocó la entrevista como su herramienta de trabajo preferida e hizo de ella ciencia y arte.
Agustín Blanco Muñoz ha sido y sigue siendo fundamentalmente políticamente incorrecto: no tener miedo, no dudar, no dejarse atrapar por la poderosa atracción de las ideas dominantes. No es fácil.
En Venezuela (y en tantos otros países), al día de hoy y mas que nunca, faltan intelectuales. Faltan personalidades ferozmente individuales, tercamente convencidas de sus ideas, con proyecto propio y desdén absoluto por el "que dirán". Hacen falta cuando aciertan y tambien cuando se equivocan, porque, en ambas circunstancias, el ejercicio ha sido fructífero, ganancioso.
Blanco Muñoz es uno de los pocos sobrevivientes de esta especie de seres humanos que son insustituíbles en cualquier sociedad. Esa gente que se sienta y observa la realidad, la interroga, la insulta, la sacude y después saca unas conclusiones que, generalmente, no gustan a casi nadie y, de hecho, consiguen mas bien irritar a casi todos.
En su caso, las conclusiones producto de la reflexión y la investigación han producido el portento que es la colección "Tiempos Violentos" y un espacio para el debate y la crítica: la Cátedra Pío Tamayo. Esto es bastante.
Todavía recuerdo que siendo niño uno de los primeros libros que leí por cuenta propia fue la entrevista que Blanco Muñoz hizo a Pedro Estrada en París a principios de los años ochenta. Fue en este libro que descubrí el enorme interés, el enorme valor comunicativo que tiene la entrevista transcrita: el verbo vivo hecho literatura.
En restrospectiva parece increíble que un hombre como Estrada y un hombre como Blanco Muñoz, con los antecedentes de cada uno y las abismales diferencias resultantes, se hayan sometido a horas y horas de careo sobre algunos de los temas mas álgidos de la historia contemporánea de Venezuela.
Hoy sería difícil sentar a dos personas de bandos políticos confrontados para extraer un poco de verdad en nuestra Venezuela. Esto debemos reconocerlo con gran dolor. Ojalá esta situación se modifique, para bien y pronto.
Yo, después de años fuera del país, no puedo opinar sobre las posiciones políticas de este brillante científico social venezolano (ni sobre las de nadie), que tanta "roncha" a levantado siempre entre propios (del mundo de la historia) y extraños (del mundo de la política y la opinión pública en general).
Sin embargo, siento un viejo y casi cariñoso respeto por el trabajo y la personalidad de este notable hombre de izquierdas, este inconforme de opiniones radicales, este viejo comunista que cambió el martillo y la hoz por el micrófono y el magneto.
Por el hombre que entrevistó a Venezuela...
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