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I N T E R V I E W S

Tuesday 12 April 2011

LA ENTREVISTA DE SUARÉS A KRISHNAMURTI EN 1964






La importante revista francesa Planète publicó, en su número 14 de enero-febrero 1964, un diálogo de enorme interés para toda persona a quien le preocupen los problemas fundamentales de la existencia humana. El diálogo, considerado por Planète como un “documento excepcional”, ocurrió entre el periodista y escritor francés de gran renombre Carlo Suarès y J. Krishnamurti, figura de singular trascendencia en el pensamiento de nuestra época. El periodista, a petición de la revista, se desplazó a Gstaad, en Suiza, donde pasaba una temporada Krishnamurti, y, durante una semana, mantuvo conversaciones con él. El texto que figura a continuación se redactó a partir de las notas tomadas en el curso de esas conversaciones que se desarrollaron en francés. Krishnamurti mismo leyó y corrigió el texto para su publicación.


Krishnamurti: ¿Qué desean de mí sus amigos de Planète? ¿Quieren hechos reales o simplemente erudición? ¿Piensan que yo les aportaré resultados de lecturas? ¿Conclusiones? ¿Opiniones? ¿Síntesis? ¿Ideas?

Carlo Suarès: No es eso lo que ellos quieren.

Krishnamurti: Dígales que yo no he leído nada, que no poseo referencias. Para mí no hay mutación psicológica más que cuando cesa el proceso acumulativo.

Carlo Suarès: Acaba usted de pronunciar la palabra “mutación”. Es una palabra que se encuentra a menudo en esta revista, pero acompañada, en general, de la idea de que la metamorfosis de este mundo moderno puede llevarnos, como por un proceso natural, a un cambio de estado interior, mientras que lo que usted quiere es una revolución total e inmediata de la conciencia, revolución que ninguna evolución puede provocar.

Krishnamurti: Todos sabemos que nuestra época es explosiva, que los medios con que cuenta el hombre, que han permanecido más o menos constantes durante milenios, se han multiplicado súbitamente millones de veces; que las calculadoras electrónicas, por no mencionar más que eso, se vuelven, con el paso de las horas, cada vez más fantásticas; que el hombre mañana irá a la Luna o más allá; que la biología está a punto de descubrir el misterio de la vida, e incluso de crear vida. Sabemos que las ideas mejor demostradas de la ciencia se desmoronan; que todo se pone constantemente en tela de juicio, y que los cerebros se ven coaccionados y forzados a ponerse en movimiento. Todo eso lo sabemos; no es pues necesario insistir sobre este aspecto de nuestra época. En la actual confusión, el hombre anda en busca de una seguridad material que no puede encontrarse sino por medio de los conocimientos tecnológicos. Las religiones se han convertido en superestructuras que apenas tienen una importancia real en los asuntos del mundo, mientras que las cuestiones fundamentales quedan sin respuesta: el tiempo, el dolor, el temor…
Mutación, religiones, temor…

Carlo Suarès: Por ahí es por donde podemos iniciar un debate. Yo creo que muchos lectores de Planète le dirán esto, puesto que también ellos están de acuerdo en comprobar que la sociedad está en pleno desorden y confusión ¿Por qué, entonces, no pensar que este formidable movimiento no se producirá al mismo tiempo en nuestros cerebros?

Krishnamurti: Efectivamente, podemos pensarlo. Pero ¿es eso lo que puede llamarse una mutación? ¿Tener un cerebro electrónico? El cerebro no es toda la conciencia.
Carlo Suarès: No se trata del cerebro. Nuestra conciencia se ensancha y abarca todo nuestro planeta, y lo que ocurre en el otro extremo del mundo….

Krishnamurti: Sí, ya he comprendido….

Carlo Suarès: … Los monjes budistas que se hacen quemar vivos, los negros de Norteamérica…

Krishnamurti: Por supuesto. Desde luego. Ellos forman parte de nosotros, y la espantosa miseria de Asia, y todas las tiranías por todas partes, y la crueldad, y la ambición, y la codicia, y los innumerables conflictos del mundo; todo eso nosotros lo sentimos. Todo eso, somos nosotros. Tenga usted todo eso totalmente presente en su mente, y vea a qué extraordinaria profundidad debe efectuarse la mutación.

Carlo Suarès: Hay en este momento, en Francia, una corriente de pensamiento que al comprobar que la complejidad de la sociedad humana se ha vuelto inextricable, desearía que pudiera constituirse un pensamiento humano colectivo, capaz de reunir en una síntesis los hilos dispersos de nuestros conocimientos…

Krishnamurti: ¿Qué otras cuestiones considera usted?

Carlo Suarès: La cuestión religiosa, naturalmente. ¿Puede preverse una religión del porvenir, basada en un mejor conocimiento del Cosmos y en el sentimiento de que el hombre forma parte de é?

Krishnamurti: ¿Y que más?

Carlo Suarès: Me han encargado que le pregunte por lo que usted piensa del hecho de que en lo más recóndito del ser humano moderno, joven o viejo, está el temor…

Krishnamurti: Ya veo. Si le parece bien, vamos a empezar… Pero ¿está usted seguro de que Planète aceptará publicar todo lo que yo diga?

Carlo Suarès: Me lo han asegurado formalmente. ¿Puede usted, en una frase, indicarme lo esencial de lo que se propone hacer?

Krishnamurti: “Descondicionar” la totalidad de la conciencia.

Carlo Suarès: ¿Quiere usted decir que pide a cada uno que “descondicione” la absoluta totalidad de su propia conciencia? Permítame decirle que lo que más desconcierta en la enseñanza de usted, es su reiterada afirmación de que ese “descondicionamiento” total no requiere tiempo alguno.
La mutación psicológica no es lo que usted cree

Krishnamurti: Si se tratase de un proceso evolutivo, yo no lo llamaría mutación. Una mutación es un cambio brusco de estado.

Carlo Suarès: Yo no imagino a un “mutante”, es decir, un hombre que cambia de estado de conciencia, que no arrastre con él la resultante de todo su pasado. El hombre modifica el medio y el medio modifica al hombre….

Krishnamurti: No. El hombre modifica el medio, y el medio modifica tal o cual parte del hombre que está conectada con la modificación del medio, no al hombre en su totalidad, en su profundidad más recóndita. Ninguna presión exterior puede efectuar tal cosa, solo modifica las partes superficiales de la conciencia. Tampoco el análisis psicológico puede provocar la mutación, puesto que todo análisis se sitúa en el campo de la continuidad. Tampoco la experiencia puede provocar la mutación por más exaltada y “espiritual” que sea. Por el contrario, cuanto más aparezca ésta como una revelación, más condicionará. En los dos primeros casos - modificación psicológica producida por el análisis o la introspección, y modificación producida por una presión exterior - el individuo no sufre transformación profunda alguna: sólo se ve modificado, reformado, reajustado, para poder adaptarse a lo social. En el tercer caso - modificación producida por una experiencia llamada espiritual, sea conforme a una fe organizada, sea puramente personal - el individuo se ve proyectado a la evasión que le dicta la autoridad de cualquier símbolo.

En todos los casos hay acción de una fuerza compulsiva que se apoya en una moral social, es decir, un estado de contradicción y de conflictos. Toda sociedad es contradictoria en sí misma. Toda sociedad exige esfuerzos de parte de quienes la constituyen. Ahora bien, contradicción, conflicto, esfuerzo y competición son barreras que impiden toda mutación, porque mutación quiere decir libertad.

Carlo Suarès: ¿Surgen de ahí las evasiones hacia los símbolos?

Krishnamurti: Sólo en las partes inexploradas de la conciencia existen imágenes simbólicas. Las mismas palabras no son más que símbolos, hay que hacer estallar las palabras.

Carlo Suarès: Pero las doctrinas teológicas…

Krishnamurti: Dejémoslas tranquilas. Todo pensamiento teológico carece de madurez. No perdamos el hilo de nuestra conversación. Estábamos en la experiencia, y decíamos que toda experiencia es condicionante. En efecto, toda experiencia vivida –y no sólo hablo de aquellas que se llaman “espirituales”– tiene necesariamente sus raíces en el pasado. Que se trate de la realidad o de mi vecino, lo que yo reconozco implica una asociación con algo del pasado. Una experiencia llamada espiritual es la respuesta del pasado a mi angustia, a mi dolor, a mi temor, a mi esperanza. Esta respuesta es la proyección que ocurre para compensar un estado miserable. Mi conciencia proyecta lo contrario de lo que ella es, porque yo estoy persuadido de que ese contrario, exaltado y dichoso, es una realidad consoladora. Así, mi fe católica o budista construye y proyecta la imagen de la Virgen o del Buda, y esas invenciones despiertan una emoción intensa en esas mismas capas inexploradas de la conciencia que habiéndolas inventado sin saberlo, las confunde con la realidad. Los símbolos, o las palabras, se vuelven más importantes que la realidad. Se instalan en calidad de memoria en una conciencia que dice: “Yo sé, puesto que he tenido una experiencia espiritual”. Entonces las palabras y el condicionamiento se vitalizan mutuamente en el círculo vicioso de un circuito cerrado.
Carlo Suarès: ¿Un fenómeno de inducción?

Krishnamurti: Sí. El recuerdo de la emoción intensa, del choque, del éxtasis, engendra una aspiración hacia la repetición de la experiencia, y el símbolo se convierte en la suprema autoridad interior, en el ideal hacia el cual tienden todos los esfuerzos. Captar la visión llega a ser un propósito; pensar en ella sin cesar y disciplinarse, un medio. Pero el pensamiento es aquello mismo que crea una distancia entre el individuo tal como él es, y el símbolo o el ideal. No puede haber mutación posible sin morir para esa distancia. La mutación sólo es posible cuando cualquier experiencia cesa totalmente. El hombre que ya no vive ninguna experiencia es un hombre despierto. Pero vea usted lo que pasa en todas partes: se buscan siempre experiencias más profundas y más vastas. El hombre está persuadido de que vivir experiencias es vivir realmente. De hecho, lo que se vive no es la realidad sino el símbolo, el concepto, el ideal, la palabra. Vivimos de palabras. Si la vida llamada espiritual es un perpetuo conflicto, es porque en ella formulamos la pretensión de alimentarnos de conceptos, como si teniendo hambre pudiéramos alimentarnos con la palabra “pan”. Vivimos de palabras y no de hechos. En todos los fenómenos de la vida, ya se trate de la vida espiritual, de la vida sexual, de la organización material de nuestro tiempo de trabajo o de descanso, nos estimulamos por medio de palabras. Las palabras se organizan en ideas, en pensamientos, y sobre la base de esos estímulos, creemos vivir tanto más intensamente cuanto mejor hayamos sabido, gracias a ellas, crear distancias entre la realidad (nosotros, tales como somos) y un ideal (la proyección de lo contrario de lo que somos). De esa manera le volvemos la espalda a la mutación.
Hay que morir para el tiempo, para los sistemas, para las palabras

Carlo Suarès: Recapitulemos. Mientras exista en la conciencia un conflicto, sea el que fuere, no hay mutación. Mientras domine nuestros pensamientos la autoridad de la Iglesia o del Estado, no hay mutación. Mientras nuestra experiencia personal se erija en autoridad interior, no hay mutación. Mientras la educación, el medio social, la tradición, la cultura, o sea nuestra civilización, con todas sus influencias, nos condicione, no hay mutación. Mientras haya adaptación, no hay mutación. Mientras haya evasión, de cualquier naturaleza que sea, no hay mutación. Mientras yo procure alcanzar altas virtudes de asceta, mientras yo crea en una revelación, mientras yo tenga un ideal cualquiera, no hay mutación. Mientras yo procure conocerme analizándome psicológicamente, no hay mutación. Mientras haya un esfuerzo en pos de una mutación, no hay mutación. Mientras haya una imagen, un símbolo, ideas, o solamente palabras, no hay mutación. ¿He dicho bastante? No. Puesto que, llegado a este punto, sólo puedo verme obligado a agregar: mientras haya pensamiento, no hay mutación.
Krishnamurti: Exactamente.

Carlo Suarès: ¿Qué es, entonces, esa mutación de la que usted habla en todo momento?

Krishnamurti: Es una explosión total en el interior de las capas inexploradas de la conciencia, una explosión en el germen, o si le parece mejor, en la raíz del condicionamiento, una destrucción de la continuidad.

Carlo Suarès: Pero la vida misma es condicionamiento. ¿Cómo es posible destruir la continuidad y no destruir la vida misma?
Krishnamurti: ¿Quiere usted realmente saberlo?

Carlo Suarès: Sí.

Krishnamurti: Muera usted para la continuidad. Muera para el concepto total del tiempo: para el pasado, para el presente y para el futuro. Muera para los sistemas, muera para los símbolos, muera para las palabras, porque todo eso son factores de descomposición. Muera para el psiquismo, pues él es el que se inventa el tiempo psicológico. Ese tiempo carece totalmente de realidad.

Carlo Suarès: Entonces, ¿qué es lo que queda sino la desesperanza, la angustia, el miedo de una conciencia que ha perdido todo punto de apoyo y hasta la noción de su propia identidad?

Krishnamurti: Si un hombre me formulase esta pregunta de esa manera, yo le respondería que él no ha hecho el viaje, que ha tenido miedo de pasar a la otra orilla
¿Qué es el miedo?

Carlo Suarès: Lo que usted dice da miedo. Yo me pregunto si la conciencia, en lo más profundo de sí misma, no tiene necesidad de este miedo. Eso explicaría por qué se lo mantiene constantemente, alimentado por las religiones, que se supone son refugios y tranquilizantes. Ellas alimentan el miedo, impidiendo que la conciencia se perciba tal como es. Ellas interponen, entre la conciencia y la realidad, la pantalla de las doctrinas teológicas.

Krishnamurti: Este problema es profundo y vasto a la vez. Abordémoslo explorándolo, palpándolo, por así decirlo, por diversos lados. El miedo es tiempo y pensamiento. Le damos una continuidad al miedo por medio del pensamiento, y por medio del pensamiento le damos una continuidad al placer. Este hecho es sencillo: pensando en el objeto de nuestro placer, le otorgamos al placer una continuidad, y lo mismo hacemos con el miedo, pensando en el objeto de nuestro temor. Si yo tengo miedo de usted - o de la muerte, o de alguna otra cosa - pienso en usted o en la muerte y así alimento el miedo. Si, por el contrario, llegásemos a encontrarnos cara a cara con el objeto de nuestro miedo, éste cesaría.

Carlo Suarès: ¿Cómo es eso?

Krishnamurti: Hablo del miedo psicológico, no del miedo de un peligro físico que uno trata de alejar, lo cual es natural. Considere usted el miedo a la muerte. ¿En qué consiste ese miedo? Dividimos la totalidad del fenómeno vital en vida y muerte. La vida es conocida, y de la muerte nada se sabe ¿Se tiene miedo de lo que no se conoce, o más bien se tiene de perder lo que uno conoce? Es evidente que vida y muerte son dos aspectos de un mismo fenómeno. Si dejamos de considerarlos como dos fenómenos diferentes, ya no hay conflicto.

Carlo Suarès: ¿No podríamos preguntarnos qué es el miedo en sí?

Krishnamurti: No hay miedo en sí. Nunca hay miedo que no sea miedo de algo.

Carlo Suarès: Pero ¿no existe un miedo fundamental?
El problema de la muerte

Krishnamurti: No. El miedo es siempre miedo de algo. Examine el asunto con suma atención y verá que es así. Todo miedo, aun inconsciente, es el resultado de un pensamiento. El miedo que se halla presente en todas partes y el miedo psicológico, en el interior del yo, son siempre el miedo de no ser. De no ser esto o aquello, o simplemente de no ser. La contradicción evidente entre el hecho de que todo lo que existe es transitorio, y la búsqueda de una permanencia psicológica: ese es el origen del miedo. Para vernos libres de él, debemos investigar en su totalidad la idea de la permanencia. El hombre que no tiene ilusiones no tiene miedo. Eso no quiere decir que sea cínico, amargado o indiferente.

Carlo Suarès: Eso significa que él ha visto que la estructura psicológica en la cual basa la noción de su propia identidad no es real, es sólo verbal.

Krishnamurti: Estamos, pues, ante uno de los mayores problemas: la muerte. Para comprender esta cuestión, no de forma verbal sino realmente, o sea, para profundizar con realismo en el hecho de la muerte, hay que desprenderse de todo concepto, de toda especulación, de toda creencia que tengamos, porque toda idea que pueda tenerse sobre este asunto estará engendrada por el miedo. Si nosotros, usted y yo, no tenemos miedo, podremos plantear correctamente el problema de la muerte. No nos preguntaremos qué sucede “después”, sino que exploraremos la muerte como un hecho en sí misma. Para comprender lo que es la muerte, toda búsqueda mendigante en las tinieblas debe cesar. ¿Estamos nosotros, usted y yo, en esa disposición de espíritu que no busca saber lo que hay “después de la muerte”, sino que se pregunta qué es la muerte? ¿Percibe usted la diferencia? Si uno se pregunta qué hay “después”, es porque no se ha preguntado qué es la muerte. ¿Estamos en condiciones de hacernos esta pregunta? ¿Puede uno realmente preguntarse qué es la muerte mientras no se pregunte qué es la vida? ¿Es acaso posible preguntarse qué es la vida a base de nociones, ideas y teorías sobre ella? ¿Cuál es la vida que conocemos? Nosotros conocemos la existencia de una conciencia que se debate sin cesar en toda clase de conflictos, internos y externos. Desgarrada por sus contradicciones, esta existencia está encerrada en el círculo de sus exigencias y de sus obligaciones, de los placeres que busca y de los sufrimientos que rehúye. Estamos enteramente embargados por un vacío interior, que la acumulación de posesiones materiales y mentales jamás puede colmar. En tal estado, no podemos plantearnos el problema de lo que es la muerte, porque no nos hemos planteado la cuestión de lo que es la vida. La existencia que conocemos, ¿es la vida? Las explicaciones como: resurrección de los muertos, reencarnación, etc., ¿provienen de un conocimiento de la muerte? Solo son meras proyecciones de ideas que nos forjamos acerca del fragmento de existencia que llamamos “vida”. Morir para la estructura psicológica con la cual nos identificamos; morir cada minuto, cada día, en cada acto que realizamos; morir para el placer inmediato y para la continuidad del dolor, y saber todo lo que está implícito en ese morir; entonces, es cuando estamos en condiciones de formular la pregunta: ¿qué es la muerte?
No se discute con la muerte corporal. Sin embargo, sólo aquellos que saben morir de instante en instante pueden evitarse iniciar con la muerte un diálogo imposible. En esa muerte constante hay una renovación constante, un frescor que no pertenece al mundo de la continuidad en la duración. Ese morir es creación. Creación es muerte y amor.
Las iglesias nada pueden

Carlo Suarès: Tengo que hacerle algunas preguntas sobre religión. Las grandes religiones más recientes han nacido, sin embargo, en épocas en las que se creía que la tierra era plana, que el sol recorría la bóveda celeste, etc. Hasta una época reciente (la de Galileo no está tan lejos) las religiones imponían por la violencia una serie de imágenes infantiles del cosmos. Hoy, no pudiendo hacer otra cosa, se colocan al lado de la ciencia y se contentan con declarar que sus cosmogonías son simplemente simbólicas. Pero proclaman que, a pesar de esta capitulación, son depositarias de las verdades eternas. ¿Qué piensa usted de eso?

Krishnamurti: Las religiones hacen su propaganda con el fin de obtener poder sobre las conciencias. Procuran apoderarse de la infancia para condicionarla mejor. Las religiones de las Iglesias y las de los Estados, proclaman la necesidad de todas las virtudes, mientras que su historia no es sino una serie de violencias, de terrores, de torturas, de matanzas inimaginables.

Carlo Suarès: Pero ¿no cree usted que hoy en día las Iglesias son menos combativas? ¿No vemos a los jefes de las más grandes Iglesias declarar que la fraternidad humana es lo más importante y que el culto es secundario?

Krishnamurti: Si la declaración de fraternidad es más importante que el culto, se debe a que el culto ha perdido su importancia incluso ante sus pontífices. Este pretendido universalismo es a lo sumo una simple tolerancia. Ser tolerante, es apenas tolerar al vecino con ciertas condiciones. Toda tolerancia es intolerancia, así como la no-violencia, es violencia.
De hecho, en nuestra época, la religión, como verdadera comunión del hombre con aquello que lo supera, no desempeña ningún papel en la trayectoria de los asuntos humanos. Más bien es todo lo contrario: las organizaciones religiosas son instrumentos políticos y económicos.

Carlo Suarès: Pero ¿no pueden esas organizaciones religiosas guiar a los hombres hacia una realidad que está más allá de ellos mismos?

Krishnamurti: No.

¿Qué es un espíritu libre?

Carlo Suarès: Pasemos, pues, al sentimiento religioso. El hombre moderno, que vive conscientemente en el universo de Einstein y no en aquel de Euclides, ¿no puede entrar mejor en comunión con la realidad del universo gracias a una conciencia más experimentada y ampliada de un modo adecuado?
Krishnamurti: El que quiera ampliar su conciencia, puede elegir entre las psicodrogas que más le convengan. En cuanto a entrar mejor en comunión con el universo gracias a una acumulación de informaciones y de conocimientos científicos acerca del átomo o de las galaxias, es como decir que una inmensa erudición libresca sobre el amor, nos hará conocer el amor. Y, por otra parte, a este hombre ultramoderno, tan al corriente de los últimos descubrimientos científicos, ¿le habrá servido todo ello para iluminar su universo inconsciente? Mientras en él subsista una sola parcela inconsciente, proyectará una irrealidad de símbolos y de palabras por medio de la cual se forjará la ilusión de estar en comunión con algo superior.

Carlo Suarès: Sin embargo, ¿cree usted que es posible una religión futura basada en hechos científicos?

Krishnamurti: ¿Por qué hablar de una religión futura? Veamos, más bien, lo que es la verdadera religión. Una religión organizada sólo puede producir reformas sociales, cambios superficiales. Toda organización religiosa se sitúa necesariamente dentro de una estructura social. Yo hablo de una revolución religiosa que sólo puede producirse fuera de la estructura psicológica de una sociedad, cualquiera que ella sea. Un espíritu verdaderamente religioso está desprovisto de todo miedo, porque está libre de todas las estructuras que las civilizaciones han impuesto a lo largo de los milenios. Un espíritu semejante está vacío, en el sentido de que se ha vaciado de todas las influencias del pasado, sea colectivo o personal, así como de las presiones que ejerce la actividad del presente, la cual genera el futuro.

Carlo Suarès: Un espíritu así, por el hecho de que se ha vaciado de su contenido, que de hecho lo contenía a él, es extraordinariamente libre…

Krishnamurti: Es libre, está vivo y totalmente en silencio. Es el silencio lo que importa. Es un estado sin medida. Solamente entonces, y no como una experiencia, se puede ver aquello que no tiene nombre, que está más allá del pensamiento y que es energía sin causa. Si no hay ese silencio creador, se haga lo que se haga, no existirá en la tierra ni fraternidad ni paz, es decir, no habrá verdadera religión.

Carlo Suarès: Todas las religiones preconizan alguna forma de plegaria, algún método de contemplación a fin de entrar en comunión con una realidad superior, cuyo nombre, Dios, Atmán, Cosmos, etc., varía. ¿Qué actividades religiosas practica usted?
¿Reza usted?

Krishnamurti: La repetición de fórmulas sagradas calma la agitación de la mente y la adormece. La plegaria es un calmante que permite vivir en el interior de un recinto psicológico, sin experimentar la necesidad de destrozarlo, de destruirlo. El mecanismo de la plegaria, como todos los mecanismos, produce resultados mecánicos. No existe plegaria alguna que pueda traspasar la ignorancia de uno mismo. Toda plegaria dirigida a aquello que es ilimitado, presupone que un espíritu limitado sabe dónde y cómo alcanzar lo ilimitado. Eso quiere decir que él tiene ideas, conceptos, creencias sobre todo eso y que se halla atrapado en todo un sistema de explicaciones, en una prisión mental. Lejos de liberar, la plegaria aprisiona. Ahora bien, la libertad es la esencia misma de la religión, en el verdadero sentido de esa palabra. Esta libertad esencial es negada por todas las organizaciones religiosas, a pesar de lo que digan. Lejos de ser un estado de plegaria, el conocimiento de sí mismo es la puerta de la meditación. No es ni una acumulación de conocimientos sobre psicología, ni un estado de sumisión llamada religiosa, en donde se espera la gracia. Es lo que derriba las disciplinas impuestas por la sociedad o la iglesia. Es un estado de atención total y no una concentración sobre algo en particular. Al estar el cerebro tranquilo y silencioso, observa el mundo exterior y ya no proyecta ninguna imaginación ni ninguna ilusión. Para observar el movimiento de la vida, el cerebro debe ser tan rápido como la misma vida, estar activo y sin dirección. Solamente entonces lo inconmensurable, lo atemporal, lo infinito, puede surgir. Eso es la verdadera religión.
Lo que queda por despertar

Carlo Suarès: ¿Cree usted que un pensamiento colectivo, que una inteligencia colectiva, habiendo acumulado y sintetizado los últimos logros de todas las ciencias, si es que ese pensamiento pudiera producirse, estaría en condiciones de guiar a la humanidad hacia una evolución sana?

Krishnamurti: La evolución que conocemos, de la carreta de bueyes al cohete espacial, se ha debido solamente a una determinada parte del cerebro. Aunque esa parte se desarrolle millones de veces más, esto no lograría el más mínimo progreso para el problema fundamental que se plantea la conciencia humana sobre sí misma. Se desarrollará. Ese proceso es irreversible y necesario. Pero existe otra parte del cerebro que todavía no está despierta y que desde ahora mismo podemos darle vida. Ese despertar no es cuestión de tiempo. Es una explosión revolucionaria que surge en el mismísimo origen de todas las cosas e impide la cristalización y solidificación - por los residuos del pasado - de una estructura psicológica. Esa lucidez aborda cada problema a medida que se presenta y, de esa manera, la importancia del problema se vuelve secundaria. Si no surge, y pervive, esa explosión de lucidez, que es energía sin causa, y que no es ni individual ni colectiva, el mundo no conocerá la libertad ni la paz.

Sunday 28 November 2010

EN VENEZUELA NECESITAMOS MENOS CINEASTAS Y MAS ARTISTAS

CONVERSACIÓN CON EL CRÍTICO DE CINE VENEZOLANO GABRIEL VARGAS ZAPATA






de José Roversi

Las críticas de cine de Gabriel Vargas Zapata se publican en El Universal, el mas antiguo y prestigioso de los periódicos venezolanos y son leídas por miles de lectores a lo largo y ancho del país sudamericano. El joven escritor, que acaba de publicar en España su primer libro de cuentos, "Lo que te voy a contar cuando vuelvas", hace vida en la sureña ciudad de Málaga. Quisimos hablar con el y conocer sus opiniones acerca de varios temas de la actualidad cinematográfica venezolana.

¿De donde eres originalmente Gabriel?

Nací y me crié en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui, Venezuela.

¿Cómo te vino el interés por el cine?

Desde la primera vez que fui al cine cuando tenía unos 3 ó 4 años. Fui a ver “Blancanieves y los siete enanitos” en el antiguo Teatro Canaima de Puerto La Cruz. Luego, mi tía Ana Isabel se encargó de inculcarme el interés por el cine clásico; así conocí títulos como “Lo que el viento se llevó”, “Doctor Zhivago”, etc. Más tarde, gracias a mi primo Emiliano, empecé a conocer el cine moderno, allí comenzó mi adicción.

¿Cuales son tus primeros recuerdos del cine nacional?

Hay una película que vi muchas veces cuando era niño. Era una película infantil rodada en Puerto La Cruz y Lechería, trataba de un secuestro y me divertía muchísimo viéndola. He tratado de investigar sobre ella, pero nunca he conseguido nada… es como si no existiera; ni siquiera recuerdo su título. Más tarde, cuando tenía unos 12 años, llegó a mis manos “Desnudo con naranjas”, la que hasta hoy considero mi película venezolana favorita. A partir de allí comencé a investigar sobre el cine venezolano y a ver la mayor cantidad de títulos posibles, incluso he tenido el privilegio de ver las primeras dos películas venezolanas: “Célebre especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa” y “Muchachos bañándose en la laguna de Maracaibo”, estrenadas en 1897.

¿Cómo empezaste a hacer crítica cinematográfica?

Por recomendación de mi tío Raúl Zapata. Cuando empecé a escribir, no sabía sobre qué hacerlo. Él me recomendó que escribiera sobre temas que me apasionaran; el cine es uno de esos temas, así que comencé a hacer pequeñas críticas y a enviárselas por mail a familiares y amigos, luego ellos me respondían con comentarios o preguntas. Poco tiempo después estos mails aparecerían en diferentes periódicos regionales de Venezuela.

¿Escribes sobre cine o haces crítica cinematográfica?

Definitivamente hago crítica cinematográfica. En una crítica cuestionas a la película, la acorralas y sacas de ella lo bueno o lo malo, pero siempre desde un punto de vista muy subjetivo, es decir, implicando tus emociones en lo que escribes. Hablar sobre cine es otra cosa. Cuando hablas de cine puedes referirte a datos de producción, antecedentes de la película, datos de taquilla, etc., siempre desde un punto de vista muy objetivo.

Existe una especie de arquetipo según el cual la crítica de cine debe ser irónica, desagradable. ¿Esto sigue estando vigente o ha sido ya desplazado por un enfoque diferente?

Creo que no es una cuestión de vigencia, sino más bien de estilo; y los estilos, que son muchos, vienen a asociarse al tipo de línea editorial que siga el medio de comunicación en que se publique la crítica. Claro que se pueden decir las mismas cosas con elegancia, sinceridad y ecuanimidad que con un tono grotesco y sensacionalista. Leo muy pocas críticas cinematográficas, pero hay una realidad, y es que hoy en día, gracias a la masificación de los medios de comunicación, cualquier crítica que se escriba puede llegar a ver la luz. Eso puede ser bueno, o puede ser malo, según como se le mire.

¿La gente sigue recurriendo a la opinión de los críticos de cine para hacerse una idea de lo que quiere ver?

Mi percepción es que ahora la gente se fija más en los actores, en el director o en los efectos especiales, a la hora de escoger una película. Yo soy de los que piensa que las críticas deben leerse después de haber visto la película, como una especie de complemento que puede servir, por ejemplo, para formarnos nuestra propia opinión acerca de esa historia. Claro que aún hay quienes consultan las críticas antes de ver la película, lo sé por la interacción que mantengo con mis lectores.






Por la masiva circulación del diario El Universal tus escritos sobre cine son leídos a lo largo y ancho de nuestro país. Debes ser una de las personas más leídas en el apartado de opinión cinematográfica en Venezuela. ¿Qué importancia ha tenido para ti publicar en este medio?

El Universal fue el primer periódico nacional para el cual comencé a escribir. Es visto por la mayoría como uno de los medios de comunicación más importante del país, eso conlleva a pensar que quienes escriban para él, sean también articulistas de gran calidad. Escribir para El Universal es la forma como la gente ha empezado a conocer mi trabajo como escritor, y eso es muy importante para mí.

Cada vez más, usamos Internet para ver los últimos estrenos. ¿Seguirá la gente pagando por ir a las salas de cine?

Sí, pero no por mucho tiempo. Si las productoras y las salas de cine quieren sobrevivir, deberán adecuarse a los nuevos tiempos. Si el “consumo” se comporta de esa manera, hay que orientar el producto de la misma forma. Estoy en total desacuerdo con la piratería, pero es un fenómeno al que hay que prestar atención, por una razón muy simple: las productoras perciben cada vez menos dinero por sus películas, mientras que la piratería se hace cada vez más fuerte, y es una tendencia que se encuentra en crecimiento desde hace algunos años. Si se quiere evitar el colapso de las productoras, están deben luchar enérgicamente contra los corsarios de la red, pero también deben atender las nuevas reglas de la demanda, y deben hacerlo ahora… cuando todavía tienen ventaja sobre sus adversarios.

La tecnología ha propiciado una democratización del mundo del cine. Internet ha permitido una revolución en lo que se refiere a exhibición. Cada día más nuevos autores están produciendo cintas con una total desatención a escuelas y formalismos. ¿Qué opinas de este fenómeno?

José Antonio Abreu señaló alguna vez que en el pasado el arte era una creación de las minorías para las minorías, con el pasar de los años el arte adquirió una nueva dimensión: era creado por minorías, para mayorías. Hoy el arte lo crean las mayorías para las mayorías. Ese es el modelo que define a la red de orquestas juveniles de Venezuela. El mismo fenómeno está comenzando a ocurrir en el cine, y es muy positivo y muy importante que esto ocurra. No cualquier película cambia la historia del cine y se convierte en un clásico con el pasar de los años, pero creo que mientras más personas estén haciendo cine en este momento, independientemente de la calidad de sus producciones, mayor es la probabilidad de que aparezca un nuevo “Ciudadano Kane” o un nuevo “Lawrence de Arabia”. Este sistema de canteras, estimula la competencia y en sí, el sentido artístico: es la manera como el arte comienza a exigirse a sí misma una evolución, un paso hacia el futuro.

El cine venezolano tiene un número respetable de seguidores, sin embargo, sus detractores son mayoría. ¿Por qué?

Porque en Venezuela no se hace buen cine; hay excepciones, pero no hacemos buen cine… Me incluyo en ese número respetable de seguidores. Como venezolano apoyo y apoyaré siempre nuestro cine, pero también soy capaz de reconocer que nuestro cine es aún muy primitivo, carece de madurez, de sentido artístico y de historias más interesantes.

¿Cuáles crees que son las mayores fortaleces y debilidades del cine venezolano?

Como principal fortaleza te diría que contamos con un recurso humano muy valioso, sobre todo en el campo histriónico. En Venezuela tenemos actores y actrices a la altura de cualquier otro país. También es cierto que nos hace falta mejor tecnología, pero no es lo imprescindible, como tampoco lo son los grandes presupuestos (aunque claro que ayudarían muchísimo). Aquí lo importante es el sentido artístico, el arte por el arte, sin ningún pretexto más que el puro estilismo de las imágenes y los sonidos. No se hace cine por hacer cine, se hace cine por la misma razón que se escribe una canción o se pinta un cuadro. En Venezuela necesitamos menos “cineastas” y más artistas.

¿Qué te parecen los documentales que se vienen haciendo en Venezuela? ¿Crees que hay un movimiento documentalista importante en el país?

El último documental venezolano realmente bueno que vi, fue “Tocar y luchar” de Alberto Arvelo y, más recientemente, “Un solo de danza”, un cortometraje documental sobre la danza contemporánea en Caracas. Se acaba de hacer uno también sobre el Salto Ángel que tengo muchas ganas de ver. Aún así, creo que no existe todavía un movimiento documentalista importante en Venezuela, aún son minoría los buenos documentales, y mayoría las propagandas disfrazadas de documentales. Lo importante de todo esto, es que la tendencia va en sentido opuesto… el arte esta ganado terreno, poco a poco.

¿Cómo decidiste marcharte a vivir en Europa? ¿Qué te ha aportado esta experiencia?

En primer lugar el deseo de vivir nuevas experiencias y conocer nuevas culturas. El estar aquí me ha aportado una visión del mundo y de la vida totalmente distinto al que tenía antes, aunque cada vez creo más en la idea de que esas nuevas visiones y esa madurez es más producto del hecho de “abandonar el hogar” que del nuevo lugar en el que te encuentres. Lo que más me ha gustado de vivir en Europa, es el haber podido conocer a personas de tan diferentes culturas y nacionalidades.

Muchas gracias Gabriel y mucho éxito con tus proyectos…

Gracias a ustedes…

Thursday 12 August 2010

THIERRY JANSSEN´S INNER SOLUTION





José Roversi

I learnt about Dr. Thierry Janssen´s work while still living in Spain at the end of 2009. I was at the book departament at an El Corte Inglés store wondering arround the health section when a title just seemed to have jumped out of its shelve, completely seizing my undivided attention: La Solution Interieure (The Solution Lies Within). Reading trough its pages was a radical experience, since it shakened my fixed ideas on the sickening and healing process. It was about balance between body, mind and the incredible effect of energy. I was mesmerized by the author’s unconventional, holistic aproach to the subject and by the vast ammount of research displayed in the book (provided by some of the most prestigious universitys and specialized centres arround the world).

On the net I learnt about Thierry Janssen’s reputation as a brilliant phisician ready to challenge medical dogma and propose an holistic approach to health. This sounded very New Age. His practice in Brussels had been the place to go for many europeans looking to regain welness. People were willing to meet a lot more than a medical doctor; they wanted the healer in him. He was, though, the product of Ivory Tower european academy. An only apparent contradiction seemed to exist between the scientist and the healer, or at least it did to my westerny eye.

I wrote to Thierry Janssen asking for an interview. He was in a remote Egyptian location at the moment preparing a book on coherence. He kindly agreed to the interview, but it would take at least three months before his coming back to Brussels. Exactly three months later, on a saturday morning little before my moving to England, I had a long, fascinating and must reavealing conversation with a man that proved to be a powerfull, intuitive thinker from the times to come.

The following is the first part of that conversation and explores the personal path Dr. Janssen had to transit to transform his life and that of many others through his medical practice and writing career. This interview was conducted in the winter of 2010.





How did your non orthodox approach to health came to be?

It’s a long story! (Laughing)

Since the age of five I wanted to be a surgeon and, at the same time, an egyptologist. At eighteen I decided to become a surgeon. At the time I thought that to be a surgeon was more usefull to people than to be an archeologist. Soon I decided I wanted to be a surgery professor, so I could share with others what I had learnt.

To become a surgery profesor I had a lot of work to do. I had to do a lot of research work and always be number one at everithing. At a very young age I had achieved all I wanted: I was a surgeon and was teaching at University in Brusseles. But I was not happy. When you don´t do some work on yourself you develope a tendencie of accusing everybody else for your own problems. It was “not” my fault that I was not happy: it was the hospital, the system, and so on…

How did you solve this?

I had to find a solution. And the solution I found was to become Head Departament of Urology at a Cancer Center in a majot University in Brussels.

On january fith 1998 I became Head Departament of Urology. The morning on the day I was to commence on my new position I couldn´t even imagine what would happen: at the moment I step foot at the Hospital a voice in my mind kept saying: “If you stay here, you are going to die”. Two minutes later I wrote a letter to the Dean explaining I wasn´t the right person and that I had to live. So iI left…

Sounds like a breaking point…





Many of those who knew me thought I was crazy. My friends thought I was crazy ; My collegues thought I was crazy ; my parents didn´t want to talk to me. But I was not crazy; it was all about survival. I was 36 years old and
didn´t have any money! After two weeks I was very afraid. My collegues asked me for an explanation but I couldn´t give any ; it was a choice of mine; a decission of my mind. For the first time in my life I got the feeling of being “really right”.

By that time a friend of mine was working at a fashion company in Brussels. She was about to live and move to Paris and told me that Giorgio Armani was looking for a General Manager in Paris. I had no interest at all in fashion (and still don´t!) so I
don´t know why I said to myself: I will do that!

At that moment I was really in contact with mysef; I had no fear at all. My intuition was working just fine. It was absolutely clear to me that I was going to work for Giorgio Arman in Paris, so I wrote a letter saying something like: “You will think I´m crazy. I was a surgeon and Head Departament at University. I don´t do this any more. I think we have to meet for I Am the right person to be your General Manager in Paris”. The Head of Armani in Milano had a lady friend working with the firm in Brussels. He asked her about me and she said: “You Know, I know this doctor. He operated my brother from a very difficult Cancer. He is not crazy!”

So they called me from Milano, and that was it! in no time a had the job.

After a few weeks getting to know the bussines at the company quarters in London I went to Paris. There I was, living a beautifull life: the smart office at Place Vendome; the wonderfull car and, of course, loads of money! So much money I couldn´t ever dreamed of having!





After eight months. once more, I wasn´t happy…

So I left Armani and got a handsome ammount of money. I said to myself: “Now you don´t have a reason to worry. You have money. Take some time off and figure out why you gave away surgery”.

That´s a risky decisison. What did you do next?

I stayed in Paris for a year. Now everybody was “convinced” that I was, in fact, crazy. Everybody but my wife. She was working in Brussels so I spent a lot of time alone in some kind of a retreat. Then all of the things I loved the most – Egiptology, Antropology, Sociology – came back to me. All of that related to mankind. I wrote my first book, a novel – unpublished - It was something I “needed” to write; something I had to take out of me. It was also about proving to myself I was capable of writing. For me it was a deep,
life-time longing.

It was, probably, the most beautifull year I have lived in my life and, also, the most diffcult. I was alone, everybody thought of me as crazy and I had to believe in myself. By doing that, I suddendly wanted to undersatnd the difference between a doctor and a healer. I realized there was a huge difference between “taking care” and “healing”. It´s quiet different.

I returned to Brussels. I had to take care of my personal life. and be with my wife. I also needed a job. I didn´t want to go back to the hospital, to surgery, so I got myself a job in a bakery. Because for me two are the most beautifull jobs in the world: one is to sale books and the other to sale bread. You know: nourishment for the mind and the body.

What did you really want to do back then?

What I really wanted to do was to go to an unique school in the the United States where healers were being trained. Not because I myself would have wanted to become one but because I wanted to understand the process of healing. But after a year in Paris living on my Armani savings, I had no money for that.

And this is really umbelievable. A cousin of my father, who lived in Frande, heard about this project that I had. He called me an said: “Thierry, you´ve left surgery and don´tn have any momey. How will you undertake a four year program in New York?. “I´ve found myself a job in a bakery” was my answer. “I´ll give you the money. You do it”, he said.
This cousin of my father had a son and we were very close. But he died in a car accident at age eighteen. Here may lie, at least in part, the reason why he felt the need to help me.





So you went to the Sates…

Exactly. Every two months I took this training for ten days each time in the States. This is probably the most difficult thing I´ve ever done in my life. You see, medical studies were not difficult. You don´t have to be very smart to go to medical school. You just have to work hard enough, learn and response to professors whatever they want to hear. But at that healing school in the States I had to learn to be different. It was not about learning tools, cause the tool was you. So you had to learn about you. That´s the difference between a healer and a doctor.

So that´s what I learnt there and it was a lot of work: therapy, body work, creativity, painting, singing, etc. It was a crazy school. A little bit to New Age for our culture. It was hard for a person like myself, with a scientific background. It was a very good laboratory to explore consciousness and, also, to meet many healers from many countrys. I met Budhist healers, Shammans, Accupunturists, Ostheopaths, Quiropractics, etc. Healers from a great variety of tendencies.

When and why did you start seeing patients again?

At that time, by October 1999, people started asking me to see patients back home in Brussels. I didn´t want to practice medicine, but they kept saying I had changed so much!. It was true: I looked a lot better, younger. I was a different man, relaxed and happier.

People had changed their minds about me and didn´t feel I was crazy anymore. Very soon I was seeing an average ten patients a day and people were coming from Paris, London or Ámsterdam to see me. There was no advertising whatsoever and I wasn´t charging these people any fees. I had a problem with money. I didn´t feel it was right to charge for the work I was doing.

How did you work that out?

A lady was flying from London everyweek to see me. One day, after we´ve met, she handle me money. “I can´t accept” I said. “You have to accept – she replied – you´ve taught me prosperity within my soul. I will teach you prosperity in your wallet”. I learnt a lesson of humility.

When did you start your career as a writer?

I published my first book in 2000. It was called The World of Love. It was a propossal to think about ourselves and about who we are. It was about progress in love. I satrted to give lectures.

How about your practice?

For four years I did see so many patients. An excesive number, probably. So in 2003 I decided to see only patients with physical disease. So my intervention consisted in helping people overcome a difficult time, like that of Cancer, and help them also at an emotional level to improve inmunity and defenses within the body. I was working on the body-mind conection.

How did you undertake this body-mind approach?

What I did was try and create an interdiscilinary team involving Practitioners from convetional medicine, like surgeons, a radiotherapists and quimiotherapists. But also practitioners from non conventional medicine like Homeopaths, Acupuncturists, Ostheopaths, and so on. And that´s why I wrote La Solution Interiour or, in spanish, La Solución Está en Ti. At a personal level the reason was that I hended to heal the relationship between the doctor that I was and the healer in me.


Friday 18 June 2010

BLOOD BATH TEST: UNA APUESTA DIFERENTE







La película Blood Bath Test es un notable ejemplo de que el cine venezolano está despertando de su prolongado letargo. Se rodó en Nueva York durante el verano de 2009 gracias al patrocinio del concurso PLOMO!, organizado por el hombre de cine Leonard Zelig. Las premisas bajo las cuales debía rodarse el guión ganador del concurso eran sumamente exigentes: poco dinero, poco tiempo, poco equipo. Dos cosas eran indispensables: creatividad y pasión por el cine. Allí entran los hermanos Forte, Carla y Vicente, dos jóvenes creadores poco convencionales, de trayectorias diversas. Vicente es escitor y su pluma es bien conocida en el mundillo del cine venezolano. Desde distintos medios digitales ha venido durante años propiciando la reflexión sobre el panorama cinematográfico del país suramericano con una intención manifiestamente renovadora. Carla es coreógrafa y, como su hermano, una apasionada del cine. Quise hablar con los hermanos Forte y debimos mantener una conversación triangulada: Vicente en Caracas, Carla en Miami y yo en España. Hablamos de Blood Bath Test: una película venezolana de temática universal; una película venezolana rodada en Nueva York; una película venezolana que está formando parte del génesis del Nuevo Cine Venezolano. Una película que dará que hablar.


VICENTE FORTE





Caracas

VF: Mucho de lo que soy ahora se lo debo a Caracas. Es cierto que la gente de alguna manera influye en ti. Pero también es cierto que una urbe puede mostrarte caminos, guiarte, marcarte. Es muy difícil no escuchar el llamado de la tierra. Ahora que lo pienso, voy más allá: no sólo un país o una ciudad aporta a tu vida, también el lugar específico dentro de esa urbe donde hayas vivido establece diferencia. Los aportes, por supuesto, son positivos y negativos. Como todo. Nada de venir a estar idealizando. Menos a una ciudad como la mía.

A mi Caracas me ha regalado su naturalidad, su falta de convencionalismos, su visceralidad. La manera de hablar, la comida, la familiaridad entre desconocidos. Lo verde. También me ha enseñado reflejos duros, como la pobreza, la ignorancia, la intolerancia, el caos, la desigualdad y la negligencia. Todo esto ha influido en mí y en todo lo que escribo, por lo que soy un pedacito de ese rompecabezas que respira bajo el Ávila. No puedes separarte de ello, ni siquiera mudándote a otro lugar. Como dice Carla, es tu casa, con sus trapos limpios y sucios. Lo que es cierto es que vivir en Venezuela te prepara para adaptarte bien en donde sea (ya sea que compartas o no el sistema del nuevo lugar). Como decía Cabrujas, el venezolano es un ciudadano del mundo. Quizás se refería a nuestra ingenuidad o a nuestra falta de una identidad nacional. O a ambas.

Vocación Por El Cine

VF: Responder a esta pregunta podría llevarme páginas enteras. Pero todo se reduce a que las cosas pequeñas son muy importantes. En mi casa había muchísimos libros. A mis padres les gustaba leer y compraban compulsivamente libros. Parece algo nimio, pero este detalle me llevó a encariñarme por los libros. De las lecturas salté a escribir. Lo mío ha sido siempre escribir, incluso por encima de la actividad cinematográfica. Porque el cine vino después. Como coincidencia. Un día entré a la Tienda del Cine de la Cinemateca Nacional que quedaba en el teatro Teresa Carreño y me gustó tanto aquello, me di cuenta que había tanto que ver que no había visto, que pedí trabajar allí. Casualmente me contrataron y estuve allí calculo que dos años. Vi de todo. Me volví un devorador de cintas (lo sigo siendo). Conocí gente del medio e hice algunas amistades. Un día me aventuré a escribir un guión con otros tres amigos y ganamos. Y por ahí se fue. Otros tres amigos creamos El Cinescopio, un blog de cine, y luego Carla, quien ya estaba de lleno en el mundo del arte y había trabajado con videoarte, me planteó escribir juntos un guión. De eso sale Bloodbath Test (y otro guión más). El resto es historia. Pero quiero aclarar que no me considero Director de Cine como tal. Yo me dedico a escribir. Sólo que he tenido la suerte de ponerme varios sombreros. Puede que hasta demasiados.

Los Hermanos Forte y El Cine

VF: Nunca habíamos trabajado juntos. Fue todo un reto para ambos. Hubo momentos de tensión, pero otros, donde sólo un hermano puede entenderte. Obviamente somos dos personalidades distintas, tanto a nivel humano, como a nivel artístico. Pero lo bueno es que el lenguaje entre nosotros es sincero y directo, no hay que ir por ahí pisando sobre vidrio, ni disimulando, ni aguantando. Hay mucha sinceridad. Este primer trabajo nos enseñó mucho sobre nosotros: nuestras fortalezas, nuestros defectos, nuestros miedos, nuestras virtudes. Cosas que vamos a utilizar para futuros trabajos. No hay egos aquí. Por eso la película es de los Hermanos Forte. Además contamos con la bendición de poder trabajar con nuestras parejas. Trimedia, nuestra productora, es un cuarteto. A veces desafinamos en los ensayos, pero al final todos cogemos la melodía.

Cine Guerrilla

VF: A pesar de las limitaciones, yo creo que si es posible. Más aún hoy en día, en que la tecnología ha abaratado costos y casi cualquiera puede aprender a manejar cámaras y programas de edición. Aunado a esto, un buen guión es imprescindible. Puedes ayudarte con un buen guión, que se adapte además a tus recursos. Pero sobre todo se requiere que no haya ínfulas. No debes pretender filmar Matrix con todos los efectos y peleas, por poner un ejemplo. Pero puedes crear un buen guión donde se use todo el trasfondo filosófico, prescindiendo de lo efectista. Muchos lo han hecho ya. Incluso unos más guerrilla que otros. Ojo, no hay que confundir guerrilla con independiente, son dos cosas diferentes. Pero ese es otro tema.

Blood Bath Test: Retos Técnicos

VF: Quizás el tema del baño por una cuestión de espacio. También, los planos secuencias largos fueron duros, pues ahí no puedes cortar. Implica que tengas muy clara la cosa, los actores están bajo presión y el camarógrafo puede agotarse. Básicamente debes tener todo muy claro antes de rodar, pero no siempre es así.

CARLA FORTE





Caracas

CF: Caracas me aportó lo que soy ahora, mi esencia, mis circunstancias, mi adorada familia, mi esposo, mis amigos, mis amigas, mis mascotas, mi carrera, mis antojos, mis mejores épocas de adolescente, mis malcriadeces, el calor hogareño, las arepas, las cachapas, el chocolate de leche, la chicha, mis días de cine, de danza, de teatro, de playa, de vacaciones en la isla, millones de sonrisas, montones de lágrimas, logros, frustraciones, locuras, sustos, las mejores fiestas, mis mejores maestros.... Pudiera no terminar esta lista nunca, así que puedo resumirte en pocas palabras que Caracas es mi ciudad adorada, mi casa.

Vocación Por El Cine

CF: Desde muy pequeña me vi influenciada por mi hermano mayor Vicente en todo lo relacionado al cine, la música y el teatro. Recuerdo nuestras idas al cine independiente, intelectual y de Hollywood cada vez que tenía una novia nueva o una amiga nueva y yo la hermanita menor terminaba siendo la chaperona de aquellas citas platónicas y agarradas de manos, mientras disfrutaba ansiosa de las cotufas en el cine del Centro Plaza, las mejores películas de la Previsora sin derecho a snack, mientras sacaba de mi bulto alguna chuchería coleada que Vicente me había comprado en el kiosco de enfrente, el cine de Chacaíto que poco recuerdo y el Tropi Burger de la feria de abajo que era el lugar de encuentro con aquellas amigas a las que escaneaba con curiosidad antes de comenzar la película y luego más nunca volvía a ver.... Las noches de cine en mi casa junto a mi familia sin censura, los fines de semana intensivos de cine con mi primer novio, en fin, sigo siendo una fanática del buen cine....

Luego entré a explorar el movimiento intensamente a través de la danza, el video arte, las obras coreográficas de Alexey (Alexey Taran. Coreógrafo cubano), la improvisación, el ballet, las coreografías de Armando, cinco años de carrera universitaria en la casa del Artista, los pies descalzos en aquellos salones y teatros hermosos. Explorar el cine y las artes escénicas fue parte de mí desde muy temprano, pero escribir formalmente un guión cinematográfico y dirigir un largometraje comenzó luego de ganar el concurso Plomo organizado por el Productor y Director Leonard Zelig.

Y ahora que le agarré el gusto de hacer pelis puedo decir que no quiero parar.

Cine Guerrilla

CF: Claro que si!!!!! Créeme, con las uñas se sacan los mejores proyectos a pesar de las dificultades, las ronchas, el stress, el desempeñar 4 sombreros al mismo tiempo, el inicio duro de ser nuevo en el medio, el trabajar rodeado de egos, los contratiempos, el no poder cobrar por tu trabajo, las noches de insomnio, las gastritis, las inseguridades, los complejos, las dudas, pero por sobre todo las ganas de continuar adelante y cumplir tus sueños.... Esa es mi regla numero 1.

Los Hermanos Forte y El Cine

CF: No, Bloodbath Test fue nuestra primera experiencia.... Pero a pesar de que dos cabezas son un mundo diferente y cada uno puede ver una misma cosa de dos colores distintos, puedo asegurarte que por ser hermanos las disputas, las contradicciones, las molestias, las riñas, las contestas no son más que momentos de confusión, ganas de ser escuchado y aprobado a pesar de que el otro piense diferente... Luego de esos momentos de tensión seguimos siendo los mejores hermanos, los de siempre, como antes, como ahora, que más que dos compañeros de trabajo, somos uno bajo la misma sangre y los mismos secretos, el lado femenino y masculino en dos apellidos que se firman Forte Sillié.

BBT ¿Película de terror?

CF: Bloodbath Test es un thriller psicológico más que una película de terror. Sin embargo, pienso que uno de los retos más grandes con este género es lograr una historia coherente, cosa que si te pones a ver va dirigido a todos los géneros. Luego, si usas efectos especiales, sangre, heridas, sin duda debes intentar hacerlo bien para dar credibilidad al espectador de lo que está mirando

Los Obstáculos

CF: La distancia fue uno. Estábamos en tres sitios diferentes: Vicente en Caracas, yo en Miami y los organizadores del concurso en New York. El tiempo fue otro. Solo dos semanas de pre-producción. Por último, tres semanas antes de rodar la película se retiraron inversionistas del concurso Plomo. Tuvimos que movernos todos para conseguir los recursos.

El Casting

CF: En principio se hizo a través de videconferencia por Skype. Entre las actrices fue seleccionada Ydaiber Orozco para el papel de Silvina. Marisa Román fue contactada directamente por el productor Leonard Zelig para su participación como Eugenia. Leonard Zelig desde un principio mostró interés en asumir el rol de Iván, así que decidimos darle la oportunidad y, por último, Pedro Osorio, un amigo que ya conocíamos desde hace bastante tiempo, que residencia en la Ciudad de NY, se unió al grupo.

Dirección De Actores

CF: Con respecto a la dirección de actores, en mi caso en particular, me gusta darles ciertas herramientas claves: decirles cómo me gustaría que se desarrolle el personaje, cómo quiero que se vea, se sienta..... Pero también disfruto dar libertad al actor para que desarrolle su personaje, enriqueciéndolo con sus aportes personales. De esta manera siento que la conexión actor y personaje es más sincera. Luego por parte del actor queda la responsabilidad de asumir su personaje y aprender los diálogos.

TEASER DE BLOOD BATH TEST

Saturday 3 April 2010

UNIDAS POR SIEMPRE: BIENVENIDOS A VENIWOOD de José Roversi

Entrevista a Yosmar Istúriz







El nuevo cine popular venezolano está en marcha. Después del fenomenal éxito de Volver al Pasado (2009), película que se convirtió en un inusual fenómeno de ventas en Venezuela, vino su presentación en el Festival de Cine de Mérida. A Yoselyn Ramos, su joven protagonista, tocó representar a sus compañeros de Guatire. Marchó a Mérida sin ningún dinero, sólo con el pasaje de autobús y el hotel que eran cubiertos por los organizadores. Comió poco durante esos días y, de hecho, a su regreso a casa se dio cuenta de que había perdido peso. Esa noche, muchos veteranos del medio quisieron hacerse fotografías con ella. Tuvo que superar la emoción para poder hacer la presentación de uno de los premios. La muchacha, que hasta hace poco se dedicaba a la economía informal, ahora firmaba autógrafos. Ese día cumplía veintidós años.

Detrás de este fenómeno está Yosmar Istúriz (Guatire, 1973) y su Cooperativa Zamorana Iztúris Film. El joven, que trabaja durante la semana como obrero en una gran empresa panificadora es el arquitecto de esta revolución dentro de su localidad. La gente no solo se apresura a comprar sus películas en cuento salen a la calle; también quiere trabajar en ellas. No pide nada a cambio. Cree en la propuesta de Istúriz y su ilusión es hacer cine desde la base, algo con lo que “nunca habrían soñado antes”.

La Cooperativa Zamorana Iztúris Film está conformada por vecinos de Guatire. Rubén Lozano es uno de los actores que, junto a Erik Miranda, ha aportado realismo y profundidad a los populares personajes creados por el director de Volver al Pasado. Es un joven miembro de la Guardia Nacional de Venezuela. Por su manejo de las armas ha representado a un policía corrompido que coquetea con el crimen organizado. Tan creíble ha resultado su actuación, que muchos en Guatire le temen, confundiendo al hombre real con el personaje. Es también el caso de Eduardo Rivera quien a raíz de su interpretación en Volver al Pasado es conocido por propios y extraños como “El Comisario”.

Auristela de Istúriz es la esposa del director Guatireño. Dice que si hace dieciséis años, cuando se casaron, alguien le hubiera dicho que acabaría haciendo cine le habría entrado un ataque de risa. Habría pensado que le estaban tomando el pelo. Sin embargo, desde que Yosmar empezó con los primeros pasos en cine se ha ido involucrando cada vez mas. Fue ella quien le animó a invertir toda la liquidación de su anterior trabajo para comprar una cámara y no tener que “andar siempre pidiéndola prestada a otra gente”.

Ahora, Yosmar Istúriz y su Cooperativa Zamorana sorprenden con una propuesta totalmente diferente. Unidas Por Siempre no es una película sobre la violencia que sacude las calles del país suramericano, sino una historia centrada en el drama de dos hermanas separadas y dos enfoques de vida radicalmente diferentes. Una apuesta de un grupo de jóvenes creadores que han demostrado, entre otras cosas, que el cine no es terreno para estereotipos o remedos estilistas, sino un campo abierto para la reflexión sincera y poderosa de quien lo hace lleno de pasión y orgullo propio.

Me imagino que el gran éxito de Volver al Pasado habrá marcado un antes y un después en tu carrera y en la de la Cooperativa Zamorana Istúriz Film…

Si, bastante. Yo no me esperaba todo ese ruido que vino después de la película. Ya habíamos hecho tres películas anteriormente y todavía no nos conocían. Entonces decidimos que íbamos a hacer el estreno de Volver al Pasado en un cine en Guatire, de donde somos, y al día siguiente empezó la gente a llamar. Mientras mas gente llamaba y mas entrevistas íbamos haciendo mas crecía la cosa. Vino a hablar con nosotros una señora de France Press y después un muchacho de El Mundo, de España.

Los buhoneros empezaron a venderla. Me empezaron a llamar para decirme que se estaba vendiendo la película: primero en la Av. Baralt, después en Altamira, luego de Ciudad Bolívar, etc. Así fue.

La buhonería nos ayudó, no económicamente, digamos, pero si nos ayudó mucho como promoción.








Pronto se estrenará en Venezuela Unidas por Siempre. Se trata de una nueva versión de una película que ya habían hecho.

Si, es verdad. Unidas Por Siempre es una historia que habíamos hecho previamente. La tenía allí. La habíamos presentado para amigos y familiares. Entonces, cuando estábamos grabando Volver al Pasado uno de los protagonistas, Rubén Lozano, la vio y me dijo: “Oye vale esa película es bien bonita ¿Por qué no la haces?”. Eso me lo dijeron otros miembros del equipo, como otro de los protagonistas de Volver al Pasado, Erik Miranda. Entonces decidimos hacerla.

He hablado con otros miembros de la Cooperativa, como Rubén Lozano y Yoselyn Ramos y me cuentan que la temática de Unidas Por Siempre es muy distinta de la de Volver al Pasado.

Si, es otra cosa, no tiene nada que ver con la anterior. Hay un personaje que es un policía pero eso es porque en la historia detienen a dos personajes, pero hasta ahí. Se trata de dos hermanas, una rica y una pobre. La rica abandona a su familia por el dinero. Luego, cuando la madre de ambas muere, la llaman para que vaya y no lo hace. Allí surge entonces un conflicto entre las dos. A la hermana pobre le pasan muchas cosas, que tiene que ir enfrentando, que la hacen luchar.

Una historia en tu línea de cine con un mensaje, con moraleja. ¿Por qué este planteamiento de cine reflexivo, comprometido con la gente a un nivel personal?

Exactamente. La idea es dar un mensaje. Tu sabes que siempre se ha dicho que la televisión o el cine pueden ser educativos y, lamentablemente, en la mayoría de los casos, no es así. Hay muchos programas y películas que francamente no tienen nada que enseñarle a los jóvenes ni a los adultos. Por ejemplo, los jóvenes ¿Qué mensaje sacan de las telenovelas?. Entonces si hace falta un cine con mensaje; si hay esa necesidad de hacer televisión y un cine que sean educativos. Y no solo que deje un mensaje, sino que las personas que están en el medio de la TV o el cine, los productores y los directores, le abran las puertas al pueblo. Que el pueblo tenga la oportunidad de participar.

Lamentablemente esto no ocurre aquí. Si tu no tienes una buena “palanca” no puedes trabajar en televisión. Este es un problema muy viejo que continúa hoy día. Ahora están las televisoras sociales, como TVES, con la que hemos venido conversando un poco y con la que las cosas podrían ser diferentes. A ver si tenemos una oportunidad allí.

Cuando yo estaba en el colegio, por ponerte un ejemplo, casi nadie podía hacer cine. Esto ¿Ha cambiado desde tu punto de vista?

Las cosas han cambiado y hay bastantes oportunidades. Por ejemplo, se hizo la Villa del Cine. También hay televisoras comunitarias, como Catia TV, TV Petare y Ávila TV (en la que nos entrevistaron también) así como también Vive TV.

Acuérdate de cómo era antes: el que tenía una cámara en Venezuela tenía que ser casi rico. No era accesible tener una cámara de video. Si acaso una camarita fotográfica tenías por ahí. Ahora no. Es mas fácil ahora que la gente tenga una cámara. El que quiera hacer cine, con pocos recursos, puede hacerlo: sólo hay que tener las ganas.

Hay mucha gente que dirá que no, que hacer cine sin recursos técnicos y económicos y sin una formación de primera en la materia no es posible. ¿Tu qué piensas?

Lo que pasa es que hay muchos directores y productores que se basan mas en la técnica que en lo que le pueda gustar a la gente. En un curso que hicimos una vez nos pusieron un documental de un cineasta bastante conocido aquí. Y el hombre estaba allí para explicarnos. Y nos decía que nos fijáramos en este plano, en donde estaba la cámara, el Dolly, etc. Había puesto mucha atención a los detalles técnicos, pero había olvidado poner cuidado a la historia. El documental que nos mostró era aburrido, y eso no gusta. Hay que entretener también. Sino no se pueden transmitir los mensajes.








Eso pasa con muchas películas aquí. Estuvimos aquí en la casa los miembros de la Cooperativa viendo una película venezolana reciente, hecha con muchos recursos. Cuando vimos la película nos quedamos asombrados: ¡Tantas cosas allí que no ocurren en la vida de personas como uno, que somos pobres o de bajos recursos! Por ejemplo, sale una señora que le dice al hijo:“Coño mi amor compre carne”. Entonces el hijo se sorprende: “Mamá ¿Vamos a comer carne hoy? ¡nosotros comemos carne nada mas es en diciembre!”…

¡Y eso es embuste! Puras cosas irreales. Inventan unas historias que son totalmente falsas, que no tienen nada que ver con la vida real.

Yo trato de que los personajes sean reales. Si es un policía, que sea un policía lo mas original posible. Si es un personaje que es rico, pues que actúe lo mas parecido posible a un rico de verdad. Trato de hacerlo lo mas natural posible.

Has mencionado en otras entrevistas la influencia que han tenido en tu trabajo las telenovelas brasileras. ¿Es por ese esfuerzo en transmitir realismo, credibilidad?

Las telenovelas brasileras me enseñaron bastante. Yo vi una novela brasilera –no sé si se acuerdan- llamada Chica Da Silva. A mi no me gustan mucho las novelas, pero me enganché con esa. Entrevistaron al autor y a alguno de los protagonistas. Uno de los personajes era un muchacho que debía ser lo mas femenino posible y ser creíble. Pero el actor no lo era, necesitaba un modelo, un referente. Este actor declaró que observando jugar a su sobrina le vino la idea para meterse en personaje. Eso es la actuación. La actuación real, creíble. Eso es lo que yo intento mas que cualquier otra cosa.

¿Qué es lo que pasa con los actores de las telenovelas brasileras? Si un actor va hacer el papel de una persona que vive en el campo, entonces esa persona va a agarrar el machete, y tiene que aprender a rozar el monte, comprender en carne propia la vida de ese personaje. El realismo es muy importante para ellos y se nota en el trabajo final. Por eso el éxito de estas telenovelas, porque directores y actores están enfocados en que las cosas salgan naturales. Esto pasa también en muchas producciones colombianas ahora.

Hablando con Rubén Lozano, uno de los protagonistas de Volver al Pasado, me decía que para la nueva película había tenido que luchar mucho para meterse en el personaje, porque era un personaje demasiado distinto al anterior, y que tu le ayudaste mucho a lograrlo. ¿De donde viene tu comprensión de la experiencia del actor?

Mira lo que yo les exijo es que sean naturales. Eso es lo mas importante. Cuando Rubén hace un papel, por ejemplo, de mala conducta, y la cosa le está costando yo le digo: “No, no. Estás exagerando mucho. Así no actúa un mala conducta”. Si lo que está costando trabajo es, por ejemplo, una palabra que no le sale natural sino forzada, entonces le digo: “Elimínala por una que te salga natural, que tu uses”. Estos son pequeños detallitos que uno el director debe ir viendo y así los actores se van profesionalizando mas.

Por ejemplo Yeisy Rivas, la protagonista de Unidas Por Siempre, que nunca había actuado. Al principio tenía un poco de pena y en el guión debía llorar. “Trata de hacerlo la mas natural posible; imagínate que es un ser querido el que está atravesando un momento difícil”. La muchacha se fue metiendo y metiendo en el papel hasta que empezó a llorar. Igual la señora que personificó a la mamá; ella estaba un poco nerviosa y le estaba saliendo forzado: “Imagínese que no puede respirar” – le dije- y poco a poco le fue saliendo mas natural.

¿Cuando se estrenará Unidas Por Siempre?

Muy pronto. Pensamos que mas o menos dentro de un mes. Estamos viendo donde lo haremos y el resto de los detalles. Ya los mantendremos informados.

Muchas gracias Yosmar. Saludos a toda la gente de Istúriz Film.

Con mucho gusto. Gracias a ustedes. Un abrazo.

Trailer de Unidas Por Siempre

Tuesday 9 March 2010

SIENDO TRINO MORA: RADIOGRAFÍA DE UN MITO







de José Roversi

La venezolana de hoy es una de las sociedades mas conservadoras que conozco. Muchos pensarán que me he vuelto loco. Pero cabe preguntarnos ¿Cuál fue el último escritor que publicó un libro no convencional, rompedor, creador de culto? ¿Cuál fue el último cineasta en crear una obra que llene las salas de cine, como hizo Clemente de la Cerda en la década del setenta, y ponga a la gente a debatirla en las calles? ¿Cuáles son los músicos haciendo una “música” genuina, aguda, hiriente, incómoda, que quede como testimonio vital de una época?

La síntesis de este espíritu ultra conservador, preñado de contradicciones, la encontramos en que, cuando se habla de cambio, (que en Venezuela ha tenido un saldo dramático los últimos once años) pocos parecen aceptar que el cambio haya, siquiera, ocurrido: unos insisten en que “las cosas no son lo que parecen, aquí los cambios no son tan radicales, no va a pasar nada” (es decir, que no hay cambio) y los otros insisten, a su vez, en que tampoco la cosa es tan seria: “Esto es pura bulla, ¿Cuál revolución? Aquí no va a cambiar nada”. (es decir, que no hay cambio).

Estas interrogantes, idealmente, deben ser formuladas y resueltas por los hombres y mujeres que viven en el país y no por los que lo hacemos en este extenso y peculiar país virtual que es “la otra Venezuela”; esa que se está construyendo, caótica e intuitivamente y de forma eminentemente no asociativa, fuera de nuestras fronteras geográficas.

He conversado y compartido ideas y opiniones con personas de diversos países y disciplinas del conocimiento. Esto lo he hecho a través de los medios mas disímiles: desde los más “Mainstream”, como la TV o la radio, hasta los mas “Guerrilla”, como los asociados normalmente al 2.0. Pero una tarea se ha ido quedado pendiente, y no de forma inadvertida sino dolorosamente consciente: la de sentarme, en un cara a cara, con mis propios compatriotas, los venezolanos, y así tratar de comprendernos y comprenderme. Pero no es fácil.

Uno de los principales problemas para este cometido es que con demasiada frecuencia tendemos a evitar, no las temáticas, porque de ellas hablamos libremente, sino la autocrítica: ese ejercicio tan marxista y cristiano al mismo tiempo. Cuando dos venezolanos nos sentamos a hablar de temas medianamente trascendentes, a tratar de comprender a Venezuela, sucede como en la divertida imagen sugerida por Jerry Seinfeld: “Es como dos magos tratando de engañarse el uno al otro”. Nos conocemos demasiado bien.

Pero he querido empezar, y hacerlo, además, con un entrevistado cuya personalidad me ha cautivado durante años; un hombre cuya enorme popularidad se ha visto contrastada por la polémica y la crítica despiadada; un hombre cuyo gran talento, personalidad carismática y contracultural le han valido un lugar que, en nuestro país, poquísimas personalidades ocupan: el de leyenda de la cultura popular venezolana.

Quiero agradecer a Trino Mora el gesto generoso de esta entrevista; la entretenida e interesantísima conversación, el trato familiar y amigo y una calidez que no puede dejar de recordarme todo lo bueno, decente y puramente venezolano que aún habita en nosotros. Eso no debemos perderlo nunca.

El proceso de realización de esta entrevista se produjo entre los meses de Febrero y Marzo de 2010. En el ínterin, ocurrió la irreparable pérdida de la madre de Trino Mora. En vista de ello, pensé posponer, por unos meses, nuestra conversación. Una semana después de la desaparición física de su madre, recibí un correo de Trino en el que me indicba fecha y hora para nuestra entrevista: no la había olvidado. Entendí entonces que el duro contestatario y políticamente incorrecto Trino Mora es, ante todo, un hombre formal.

En 1964 Trino Mora, un joven caraqueño de dieciocho años, regresa de estudiar en los Estados Unidos y se encuentra con una Venezuela que da sus primeros pasos en democracia. Rómulo Betancourt está a punto de entregar la presidencia de la república a su compañero de partido, Raúl Leoni. La izquierda venezolana ha tomado el camino de las montañas y la lucha armada se encuentra en su momento mas álgido. La TV se desarrolla a increíble velocidad y Renny Ottolina es su mayor referente. La venezolana es, aún, una sociedad eminentemente conservadora.






¿Cuáles son las circunstancias de tu viaje de estudios a los Estados Unidos?

Irme a estudiar a los Estados Unidos fue un asunto de rebeldía. Yo empecé a ver películas de Marlon Brando y James Dean. Mi primer disco de Elvis Presley me lo regalaron cuando tenía 13 años y eso cambió mi vida. Entonces no podía salir a la calle, porque me metía en problemas. Era otro país: tu te ponías cualquier cosa “rara” y eras esto o eras lo otro. Mi mamá me mandó entonces a una academia militar en los Estados Unidos. Hice tres semestres de Junior College en Fort Lauderdale y me vine a Venezuela. Desde que llegué al aeropuerto empezó la cosa. “¡Marico, marico, marico!”. “No pana”, me dije, “Aquí tengo que hacer algo por el país, esto no puede ser”. Y así fue.

Háblanos de los primeros tiempos de tu carrera ¿Cómo empezó todo?

Me inicié tocando en las calles. Mi experiencia nace de allí. Cuando llegué de los Estados Unidos no me querían aceptar: estuve tocando por las calles como año y medio. Era la época de las patotas en Caracas. Yo digo que los primeros videoclips que se hicieron en Venezuela, en blanco y negro, me los hizo la Digepol (actual DISIP) a mi. Al final de cada presentación callejera aparecía el grupo “The Police” como invitado: tu sabes, la policía…

Empecé con el grupo “Los Duendes”, en la calle. Nos protegían los patoteros. Mi historia es muy diferente a la de los demás cantantes. Cuando yo llego aquí todo el mundo estaba empatado con alguien para avanzar en su carrera. La sociedad venezolana es supuestamente liberal. Yo me mantuve en mi actitud.

¿Dónde tocaban?

Empezamos tocando en el callejón Berrizbéitia, en El Paraíso. De allí salíamos a recorrer la zona. Yo iba en Jeep y me rodeaban los patoteros con sus motos para protegerme. Yo era el protegido. Era la voz cantante de la rebeldía contra una sociedad de cómplices. La gente se asomaba por las ventanas para vernos. Había mucho miedo: miedo a traspasar la línea del subdesarrollo. Algunos nos apoyaban, otros no. Pasábamos frente a la Iglesia de la Coromoto y por La Fuente. Luego seguíamos hacia el este: Santa Mónica, Los Palos Grandes, y siempre con la policía atrás, grabándolo todo. También hacíamos la Concha Acústica del Parque La Paz. Al final regresábamos siempre al callejón.

¿Cómo llevaban el equipo? ¿De dónde sacaban la energía para conectar los amplificadores?

El equipo lo llevábamos en un camión. Yo me montaba en el camión y allí la gente me acompañaba. En las casas de familia nos prestaban la electricidad: de ahí sacábamos la corriente para los amplificadores. Yo empecé a cantar duro porque mi voz estaba conectada a la primera guitarra. ¿Te imaginas? Debo haber cantado durísimo para que la gente me escuchara.

¿Y ya había problemas con la policía?

Cuando la policía me metía en una jaula y me quería llevar, la gente rodeaba la jaula y me tenían que soltar, o la tumbaban. Era una época convulsionada. Estaba el tema de las protestas estudiantiles y a la policía cualquier cosa que le sonara a "Yanqui", que fuera en inglés, le parecía peligroso, transculturizante. Veían las motos, nuestra ropa, las chamas en minifalda. Nosotros hacíamos Kárate, pesas. Éramos totalmente diferentes a la gente que se vestía de “Caqui”: la palabra que con que se nos describía era “raros”.






¿Cómo pasas del circuito local al circuito nacional?

Richard Herd tenía un programa llamado “El Club del Clan”. Yo pensé que tenía que hacer conocer lo que hacíamos; la policía no podía seguir persiguiéndonos y que la gente no supiera que era lo que estaba pasando. Empecé a cantar allí y me quedé dos años. Entonces me fui al Show de Renny.

¿Cómo era Renny?

Renny era un tipo prepotente, déspota, perfeccionista y muy profesional. Tenía un gran ego y alrededor de él siempre había cualquier cantidad de “Jalabolas”. Era un tipo fuera de serie, que se preparaba muy bien. A Renny le cambió la vida cuando se le murió un hijo con problemas que tenía. Y luego cuando el accidente de Rhonna, que cayó en una piscina sin agua. Cambió de actitud, se volvió mas humano. Es en esa época que se mete a candidato a la presidencia. Como profesional aquí no ha habido un hombre de la calidad de Renny.

¿De donde provenía tu material?

Yo grababa lo que estaba de moda en los Estados Unidos en español. Por eso es que las pegué todas. Llegó “Happy Heart”, de Andy Williams y ahí mismo la grababa y la pegaba. Eso fue durante los primeros cuatro años de mi carrera. Después empecé a escribir mi material, como “Sé Tu mismo” o “Libera Tu Mente”.

En 1967 Trino Mora inicia una exitosa carrera en solitario. En dos años publica cuatro álbumes: El Sol No Brillará Nunca Más (1967) Trino Mora (1968) La Voz Juvenil de Venezuela (1969) y Trino Mora a Color (1969). Se convierte en la voz joven de Venezuela. A partir de 1970 Trino empezará a grabar material propio y a asumir posturas críticas sobre la problemática venezolana.







Eres uno de los representantes mas destacados de la década de los sesenta en Venezuela. Una década mítica, trascendental; preñada de ideología, de cambio social ¿Cómo fueron aquellos años?

Aquí siempre ha habido comunistas; tu sabes, según ellos. De esos que, en lo que se graduaban, tomaban Champaña y Whisky. Luego se aliaban a los partidos y entonces ya no estaban contra el sistema y la agarraban con uno. Era una manera de disimular los complejos y los resentimientos, supongo. Siempre ha sido igual desde que yo recuerdo. En aquella época todo el mundo estaba confundido con el tema político, la lucha armada, etc. Que si los revolucionarios, que si los yo no se qué. Había un grupo en Sabana Grande al que llamaban “Los Sobacos Ilustrados” ¿Sabes por qué? Porque andaban siempre caminando por ahí con un libro bajo el brazo pero nunca lo leían. Todos se volvieron alcohólicos y se aliaron al gobierno. Cambiaban las ideas por una botella de Whisky.

¿Qué tipo de jóvenes eran ustedes, los que marcaban las tendencias de la moda, de la música?

Un grupito de nosotros en Venezuela quería alcanzar al mundo, ponerse al día con todo: a nivel mental, de moda y musical. Es el grupo de personas que estuvimos involucrados en La Experiencia Psicotomimética (1968), el primer show que se hizo en Venezuela combinando luces y música, intentando dar un mensaje, producir una experiencia diferente.

Mis compañeros de esa época no han seguido escribiendo, componiendo, grabando. Viven de las rentas de aquella época. El único que ha seguido en activo, escribiendo y grabando década tras década, he sido yo.

La década del sesenta es, además, la década en que se popularizan las substancias psicotrópicas: la marihuana, el LSD, etc. Tu te movías en un mundo de vanguardia y fue en ese mundo, precisamente, que el fenómeno despegó ¿Cuál fue tu posición frente al boom de las drogas?

Yo escribí “Sé Tu Mismo” por eso, justamente. Mis amigos decían que yo no estaba en nada porque no me fumaba marihuana ni me metía cocaína ni LSD. Te miraban como a un bicho raro. Escribí también una canción llamada “Medio Ambiente” que habla sobre eso. Por eso te digo que mis canciones hablan de la historia contemporánea de Venezuela, de lo que ha pasado desde que tengo uso de razón. Yo he narrado todo eso y he dicho la verdad, y eso es lo que no me perdonan: acuérdate que la música es un poder…

Algunos de los amigos que me ayudaron a “caerme a coñazos” con la policía en la calle, en los primeros tiempos, después se metieron en el tema de la droga. Entonces tuve que escribir la canción “Se Tu Mismo”· Ahora estoy haciendo una campaña, yendo a los colegios, a la primaria, dando charlas, hablando a los niños sobre las drogas.








A principios de la década del setenta Trino Mora, ya estrella consagrada de la música, inicia un camino de autoconocimiento y reflexión que le lleva a explorar diversas tendencias del pensamiento. Se le ha señalado como uno de los pioneros de la cultura de Nueva Era en Venezuela. Este proceso tuvo una influencia decisiva en su trabajo.

¿Cómo llegaste a la Metafísica? ¿Qué impacto ha tenido en tu vida?

Yo empecé a hacer metafísica junto con mi mamá y Connie Méndez en los setenta. Entonces empecé a desarrollar cosas que tenía dormidas; cosas que tenía allí pero que no sabía que tenía. Eso me ha ayudado mucho. Yo no creo en las religiones: yo creo en Jesucristo. Dime algo. ¿Qué líder religioso conoces tu que esté “pelando bola” ahora mismo? Todos tienen aviones; todos están de maravillas. El Papa tiene una ciudad para él. El único líder que “peló bola” de verdad fue Jesucristo. Entonces yo creo en Jesucristo.

La metafísica me ayudó a encontrarme a mi mismo, a mi “Yo” personal. El encontrarme conmigo mismo, con ese “Yo” personal, ha sido como hablar con Dios directamente, sin ninguna operadora que te comunique. Tu mismo haces tus propias oraciones. Al tiempo empecé a descubrir cosas: la metafísica habla de luces, de colores, de ángeles, de la llama violeta, la llama rosa, la llama verde, la llama azul y una serie de cosas que se usan también en las religiones. Todo está conectado si buscas los puntos de coincidencia y te creas tu propia opinión.

Entonces noté que todo el mundo estaba teniendo sexo: en los ascensores, en las platabandas de los edificios, en el autocine, etc. Y había, también, una cantidad de prejuicios. Era una situación de evolución con involución la que había en el país. Esta involución era aprovechada por los políticos y la gente que quería evolucionar lo tenía difícil. Entonces pensé que había que liberar la mente y dejar que las cosas fluyeran con normalidad. Así escribí “Libera Tu Mente”. También quería apoyar a la mujer, dignificarla. En una parte de la canción dice: “ No creas que has hecho mal, porque el amor es natural”. Había gente a la que no le gustaba escuchar ese tipo de cosas.








¿Cuál fue la reacción ante un tema como Libera Tu Mente?

“Libera tu Mente” era una canción prohibida. No la dejaban cantar a las niñas en los colegios de monjas y a mi no me dejaban entrar a casas de familia. Me veían como un peligro y eso, curiosamente, me hizo mas interesante a los ojos de las muchachas. Tuve muchas novias, las mas bellas de la época.

¿Te adelantaste a tu época?

Hay gente que dice que yo me adelanté a la época. Yo no me adelanté a la época, lo que pasa es que yo me metía en todos lados. En burdeles, por ejemplo, en donde te encontrabas a la mitad del congreso de aquel entonces, adecos y copeyanos, con putas y botellas de Champaña. Iba a los sitios Gay, en los que, fíjate tu, encontré mas comprensión. Iba con mis amigas. Lo único es que tenía que ir al baño de mujeres, porque si iba al baño de hombres se llenaba aquello y no me dejaban orinar.

Yo he hecho metafísica, cursos de OVNIS; estuve con José Luis Valdés, un carajo que tenía campamentos de OVNIS en México. Estuve haciendo medicina cuántica por un tiempo. Formación y aprendizaje para hacer lo que estoy haciendo ahora.

Publiqué un disco llamado “OVNI” en 1999. Es sobre un tipo que agarra un OVNI y sube al cielo para hablar con Dios. Y le hace una serie de preguntas: ¿Nos van a seguir engañando con las religiones? ¿Jesucristo va a venir de nuevo? ¿Esto va a cambiar? Entiende, entonces, que Dios está en las cosas sencillas: la sonrisa de un niño, la belleza de una flor, etc.

¿Cómo has sobrellevado el peso de la fama? ¿Te cambió el hecho de ser popular?

Yo nunca me dejé atrapar por la idea de la fama. Eso te envanece. Eso te destruye. Yo salgo a la calle tranquilo. Disfruto del cariño y el afecto de la gente, que es lo importante. Si voy a las Mercedes y me paro a comerme una arepa a las tres de la mañana me están esperando afuera los muchachitos, los lateros, para que les cante un Rock and Roll. Y se los canto. Yo nunca me envanecí. Es que no tuve ni tiempo ni oportunidad de envanecerme, de creerme divo, ¡no me han dejado!








Trino Mora se convierte en una fuerte voz crítica frente a la realidad venezolana contemporánea. Sus francas y directas opiniones le valen la antipatía de unos y el aplauso de otros. Es uno de los pioneros en la defensa de la producción nacional y de los pocos que continúa en una línea de trabajo y acción consecuente con ella.

Empiezas a grabar temas críticos, reflexivos, sobre la realidad del país. ¿De donde te vino esta preocupación?

Como mis padres eran educadores, yo siempre entendí la música como algo pedagógico y a favor de la gente. No en el estilo de Alí Primera, que denunciaba las políticas de los americanos y se metía en el tema de la lucha política. El pobre Alí, si estuviera vivo, no estaría con este gobierno. Yo tengo dos recuerdos de Alí; de las únicas dos veces que lo vi y que compartí con él. Una vez coincidí con él en una fiesta de un locutor de radio amigo mío. Yo estaba allí con una amiga, Belén Marrero (popular actriz de la TV venezolana). Alí estaba sentado sólo, con los brazos cruzados. Yo me le acerqué y le pregunté que le pasaba: “Aquí está todo el mundo tomando Whisky”, me dijo. Le pregunté que era lo que el bebía y me respondió que ron. “Ya vengo” le dije. Entonces le fui a comprar una botella de ron y nos la bebimos.

La segunda vez fue unos meses antes de morir Alí. Sería en diciembre de 1984 porque el murió en febrero de 1985. Coincidimos en un sitio en Caracas que era el templo del Rock y que se llamaba el “Julius”. Yo estaba con una amiga. ¿Qué haces aquí?” le pregunté. ¡Nos metimos una rumba que tuve que agarrar un taxi y dejar el carro en Sabana Grande! En todos los sitios en los que entramos aquella noche la gente no podía creer que es lo que estaba pasando. Era un tipo excelente, que tenía sus convicciones.








Tu has sido uno de los músicos venezolanos que mas ha pensado a Venezuela desde la circunstancia de su obra. ¿Por qué tenemos un país tan caotizado?

Yo siempre he tenido problemas con el asunto de la sociedad venezolana, que es supuestamente liberal, pero en la que abunda una especie de materialismo marginal. En nuestro país ponen, por ponerte un ejemplo, a un panadero a manejar un submarino porque es amigo de algún personaje poderoso; cosas que no tienen sentido. Aquí pasa de todo, pero nadie fue. Toda mi vida, toda mi experiencia está reflejada en mis canciones y en ellas siempre he tratado el tema del país.

Los venezolanos parecemos ser incapaces de escapar al tema del tremendo debate político que hoy existe. ¿Tú como lo ves?

Los Chavistas dicen que soy escuálido y los escuálidos dicen que soy Chavista. Cuando toco en vivo le digo al público: “miren, los hechos que menciono en estas canciones no son indicios, son verdaderos”. Y me han mandado a bajar de la tarima en los setenta, en los ochenta, en los noventa, etc. Es el mecanismo de defensa que ha encontrado la maquinaria de aquí.

Cuando cayó Pérez Jiménez la gente a la que se le había asignado un apartamento en la urbanización 2 de Diciembre, después 23 de Enero, los alquilaron y se fueron a vivir con esa renta a un rancho. Entonces los políticos descubrieron que los votos estaban en los ranchos. Hacían sus mítines en el Nuevo Circo y traían autobuses de todas partes de Venezuela. Les daban a las personas que traían del interior unas planchas de Zinc y unos bloques para que se quedaran en Caracas. Eso no sólo no ha cambiado, sino que se ha vuelto peor. Ahora han hecho un teleférico en la Charneca, para que la gente se quede allá. La gente no lo ve. Está pelando allí en la montaña y le están diciendo que de allí no la va a sacar nadie. La política ha sido aquí el negocio mas rápido para hacer dinero.

Y has hablado de ello en tus canciones…

Yo escribí una canción que se llama “La Familia Ejemplar”, dedicada a Blanca Ibáñez y a Lusinchi, que se fueron bien lejos.
Escribí también una canción que se llama “Joven”, en la que le digo a los chamos que no se dejen engañar por los políticos que quieren arrancarles el voto. En una canción mía, “Demogracia”, se adelanta todo lo que está ocurriendo ahora. Habla de una democracia graciosa. Otra canción, “Moral y Luces”, que volví a grabar recientemente, habla de los burguesitos comunistas, que se meten a la derecha o se meten a la izquierda, dependiendo, y hacen negocios y venden al país…







Trino ha cumplido cuarenta y cinco años de carrera artística el 18 de enero de 2010. Es uno de los músicos venezolanos en activo con mas tiempo sobre los escenarios. Sus fuertes opiniones y vida sentimental han sido ampliamente publicitados por los medios informativos. Actualmente trabaja en uno de sus proyectos mas ambiciosos.

Investigando para esta entrevista he visto vídeos tuyos tocando con mucha gente, en muchos momentos. ¿Qué recuerdos tienes de esa época tan agitada?

Tuve la oportunidad de cantar con Joan Manuel Serrat, Las Supremes, Blood Sweet and Tears y Donna Summers, entre otros. Con Serrat canté cuando vino en 1971. Tenía aquella canción de “Suegra”. Cantamos en el Hotel Tamanaco. Con las Supremes fue en el Caracas Hilton en 1970. En 1974 canté con Blood Sweat and Tears. Los tipos de vaina se fumaron el Nuevo Circo. Metieron una caja de ginebra en la tarima. Fue una experiencia buenísima. Con Donna Summers canté en el Poliedro y en el Tamanaco.

Has sido, además, uno de los sumos sacerdotes del culto a Elvis en Venezuela…

Cuando se murió Elvis Presley, la primera misa que se le hizo se la mandé a hacer yo. Eso fue dos días después de su muerte, el 18 de agosto de 1977. Se hizo dentro de una iglesia y fue un problemón. La gente empezó a bailar Rock and Roll y el cura era un gringo que se quitó la sotana. Los curas de allí se complicaron todos y me prohibieron que hiciera cualquier otra cosa en la iglesia. Yo les respondí por la prensa, diciéndoles que entonces no casaran gente en Sábado Sensacional que a los tres meses estaba divorciándose.







Tu vida emocional ha hecho portadas. Se te conoce por haber salido con buena parte de las mujeres mas bellas de Venezuela…

Mi vida emocional ha sido el equivalente de una película de acción. Me casé una sola vez, con Mari Solíani. También mantuve una larga relación con Jeannette Rodríguez. Ahora tengo una pareja increíble que me ha nivelado y se ha encargado de muchas cosas. Es una mujer excelente, una persona muy inteligente.

¿En qué estás trabajando ahora mismo Trino?

Estoy trabajando en un disco de fusión. Un disco que para mi es una joya. Lo he trabajado a lo largo de ocho años, sin prisa, sin presión. Hay una canción que se llama “Recordando el Futuro”, que habla de la Biblia, de la religión, de la regresión y la reencarnación. A mi me dio un patatús; me encontré en un hospital y le dije a Jesucristo: “Si me sacas de esta, yo te escribo una canción”. Para hacer la canción que dedico a Cristo visité todos los templos: Católicos, Evangélicos, Testigos de Jehová, Pare de Sufrir, etc. En Pare de Sufrir me pasé dos semanas metido; ¡Lo que pasa es que Dios es grande y me fui para el carajo!. También hay en este disco una canción muy bonita dedicada a la virgen María. Dedico otra canción a una vieja novia, una norteamericana de la que no había sabido nada en treinta años y un día, de repente, me llama y me dice: “Mira, esto es un milagro”. Le escribí una canción y la llamé “The Miracle”. Es un disco con mucho sentido, con mucha profundidad, pero sin dejar el Rock And Roll: hay una canción dedicada a Elvis Presley y una versión de Otis Redding. En fin, un resumen total de lo que he aprendido en todo este tiempo: un disco bien “volado”.

¿Te planteas la posibilidad de escribir un libro?

Me han propuesto escribir un libro y yo respondo que como no, pero que allí contaría la verdad. Lo llamaría “La Vida es un Rock and Roll”. Pero yo no quiero una novela. Yo quiero una narración de las cosas que he vivido. Pero no es fácil. A veces eso no gusta. Mucha gente de este medio escribe memorias incompletas. Por ejemplo, no mencionan su vida privada. Cuentan solo parcialidades. Se presentan como héroes. Yo no quiero aparecer como un héroe, sino como lo que soy: un hombre.













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